domingo, 2 de octubre de 2011

Mente, locamente.

Una máquina de errores, una imperfección hecha mujer, una víctima más de esta suculenta generación, una niña siendo mujer... una mujer que deja de ser niña. Una heroína tratando de buscar la calma en la tormenta, sobrevivir en este mundo afrentando los peligros que corroen el ser una mujer, sinónimo de debilidad, de placer... Y no hay placer más grande que sufrir entre tus brazos, y escuchar de tus labios grandes mentiras, y luego pecar en ellos. Afilarlos y sellarlos para siempre, para no volver a escucharte más, y saber que de nadie jamás volveré a confiar... Ser mujer significa ser astuta cada segundo de tu vida, cuidarte sola las espaldas y ampliar la mirada hacia una cosmovisión tridimensional, porque la muerte amenaza en cada cara desconocida, y hasta puedes morir mil veces por un conocido. Ser mujer significa perturbarte constantemente en ideas tan retorcidas como estas. Ser mujer es pensar con la mente, locamente.