domingo, 15 de septiembre de 2013

Prisionera de la libertad ajena

Cuando de pronto viene un rayo de inspiración que dislumbra tus ojos, una conexión desde tu alma hacia el mundo exterior, tan fácil de sentir y -a través de lineas- se trata de explicar. Realmente uno al escribir no expresa nada personal, todo es parte de una fantasía, de una difusa ilusión, de un porvenir incierto.

Hombre de mi inspiración: http://peru21.pe/impresa/enamoramientos-2145260 



Capaz de sentirlo pero difícil de definirlo, así pasa cuando tratas de descifrar qué te quiere decir tu interior. Se manifiesta a través de latidos, de bombardeos internos, de pulsos latentes que se aferran a tu pecho, que te tratan de decir a gritos qué tienes a alguien adentro tuyo, que lo llevas adherido, que no puedes separar de tu ser... 
De pronto, entiendes que debes reintegrarlo en tu vida, que físicamente se encuentra ausente pero conceptualmente aún lleva un significado en tu interior, entonces sigue latiendo, sigue persistente, sigue manteniendo su sitio en el corazón, y sigues buscando razones para que siga latiendo de esa manera, con esa intensidad, con esa locura, con esa fuerza... 
Sin embargo, no encuentras los resultados esperados, investigas sus huellas, tratas de incorporarlo nuevamente en tu vida, y nada funciona. Entonces ¿por qué sigue latiendo? ¿por qué duele tanto? Entras al borde de una crisis enfermiza, cada latido golpea más fuerte tu pecho y retumba tu mente, las dudas afloran y negar algún problema se convierte en la mejor solución. Lo mejor es tenerlo, le mejor es acercarlo, lo mejor para que él siga latiendo adentro es que aún no se vaya, permanezca...
Y lo que no se da cuenta, es que seguirá golpeando, seguirá aferrado porque lo ha enjaulado en su corazón, con rejas que lo aprisionan, lo encarcelan... 
Sigue prisionero, esclavo de una condena ajena... ¿cuándo acabará el castigo? ¿cuándo conocerá la libertad?

sábado, 31 de agosto de 2013

La noche F.L Bernandez

He aquí unos de mis poemas favoritos, el retrato de las sutilezas noctámbulas desatadas en una noche de piedad, de sinceridad pero jamás de perdón.

La noche

Dulce tarea es contemplarte, noche que me has acompañado sin descanso.
Dulce tarea es contemplarte desde la tierra con los ojos desvelados.
¡Por qué razón me da tristeza la muchedumbre silenciosa de tus astros?
¿Cuán es la causa de mi angustia cuando me pierdo entre tus mundos solitarios?
A la deriva por el cielo, son como buques hace tiempo abandonados.
Van empujados por un viento desconocido hacia países ignorados.
Hasta el fulgor meditabundo que los anima es un fulgor desamparado.
Desde la tierra dolorosa presiento a veces su clamor deseperado.
¿Serán como éste aquellos mundos, noche serena que me llevas de la mano?
Al hombre triste le parecen que son felices, porque siempre están lejanos.

Dulce tarea es contemplarte, noche que me has acompañado desde niño.
¡Con qué impaciencia te esperaban aquellos ojos en la plaza de Retiro!
Mi corazón de pocos años era pequeño, pero estaba pensativo.
Aunque la sangre no se viera, posiblemente ya estuviera un poco herido.
Mis compañeros se marchaban cuando agrandabas el lucero vespertino.
Cuando los otros se alejaban yo me quedaba para verte sin testigos.
Me impresionaba tu silencio; tu poderosa inmensidad me daba frío.
Y sin embargo ya te amaba con una mezcla de temor y de cariño.
Acaso el alma presintiera que su dolor y tu dolorno eran distintos.
¿Ya no te acuerdas de mis ojos, de aquellos ojos empañados sin motivo?

Dulce tarea es contemplarte, noche que me hasacompañado desde siempre.
Cuando las penas me agobiaban, tú me teníascompasión y eras más leve.
Con tus estrellas numerosas ibas contando mis heridas indelebles.
Algunas veces alcanzaban, pero eran pocas tus estrellas otras veces.
Yo te bebía con los ojos como la tierra bebe el agua cuando llueve.
Tenía sed de que me hablaras y me dijeras el secreto de la muerte.
Tú sabes bien por qué se vive, tú sabes bien por qué se goza y se padece.
Pero callabas y callabas, siempre encerrada en tu silencio indiferente.
No sé por qué me aprisionabas entre oscurísimas y altísimas paredes.
En La Calera y en tu sombra la voz del río murmuraba dulcemente.

Dulce tarea es contemplarte, noche que me has acompañado en este mundo.
Lo que esperé toda mi vida vino contigo para siempre en un minuto.
Córdoba entera se apagaba con las campanas temblorosas del crepúsculo.
Mi vida tiene desde entonces el corazón de una mujer como refugio.
En esta lucha despiadada con el espacio y con el tiempo estoy seguro.
Ya no me duele haber nacido y estar muriendo bajo el cielo taciturno. 

Porque el amor omnipotente le da sentido verdadero a lo que sufro.
Dios no se olvida de los hombres, aunque parezca muchas veces ciego y mudo.
Eras oscura como siempre, noche que viste el nacimiento de mi júbilo.
Eras oscura como siempre, pero mi amor te iluminó como ninguno.

Dulce tarea es contemplarte, noche que ahora como ayer estás conmigo.
Y mucho más desde que siento que en otro ser he descubierto mi destino.
Un regocijo sin fronteras al obstinado sufrimiento ha sucedido.
¿Cómo no estar lleno de gozo cuando se sabe la razón de haber nacido?
Por primera vez en este mundo sé que se puede ver la dicha y estar vivo.
Dios ha querido libertarme, Dios ha querido rescatarme del olvido.
Dime que sientes lo que siento, noche que vas eternamente al lado mío.
Dime que sabes y comprendes lo que decimos los que amamos y sufrimos.
Dime que ves, dime que escuchas a las mujeres,a los hombres y a los niños.
Y luego cántame tus cantos hasta dejarme poco a poco adormecido.


( Francisco Luis Bernárdez )





miércoles, 21 de agosto de 2013

Entre la cadena del mal

- Hoy debes cumplir un papel muy peculiar
- ¿Cuál? ¿La que deja su felicidad por buscar la del otro?
- Demasiado altruista
- ¿La que mira en silencio sin poder decir nada para que la situación no se tense?
- Demasiado pasiva
- ¿La que finge estar bien aunque por dentro retumban sus paredes?
- Demasiado para toda tu vida. Hoy te toca ser la mala

Se quedó en silencio porque ya estaba demasiado tensa. Esta vez no tenía que dejar su felicidad para que otro la alcance. Esta vez no debía fingir que todo está bien para no crear disturbios. Porque ella ya no era la víctima. Era la mala...

- No sé si pueda, no sé si pueda...
- Es fácil. Solo goza de la felicidad plena de que tus deseos sean consumados

****
La conciencia es nuestra voz interna, capaz de escaparse de nuestro cuerpo para enfrentarnos cara a cara y preguntarnos ¿te llevará a la felicidad? Y efectivamente podemos realizar todo lo que deseamos con tal solo mentalizarlo, de tener un conocimiento interno que nos permita alcanzar y escalar galaxias desconocidas, sin embargo deseables. Pero la felicidad no viene sola... viene acompañada de nefastos, sin embargo importantes, acompañantes que hacen que este mundo sea mejor entre comillas. Aquí viene la ética, los principios básicos para saber que debemos ser felices sin quitarle la felicidad a los demás, sin quitarles los privilegios que requieren para encontrar su bien. Sin embargo, no todos deseamos lo mismo, no lo pensamos ni lo respetamos por eso creamos ambientes bélicos donde el único culpable es esa felicidad: esa felicidad momentánea que ya no te hace propiamente feliz. Siempre políticamente correcta, acostumbrada a lo cuadrangular y a los daños amicales, de pronto te toca representar este papel que tantas veces has escuchado, que tantas veces has analizado, pero nunca pasado. ¿Y qué pasa? ¿que pasa cuando te toca ser la mala?

Nebulosa cruenta cuando ante los ojos de una aglomeración de personas que se enteraron de tu gusto culposo, eres simplemente una mala, de esas malas de telenovelas, ideológica y representativa. Y no dudan de catalogarte en una escala por debajo del promedio de una persona normal, de juzgarte sin piedad y es que tampoco tienen que ponerte en tu posición, ¿o si? Porque tú - en esa situación- hayas pensado en el otro, ellos no tienen porqué pensar en ti. Es ahí donde te das cuenta que tampoco puedes caerle bien a todos y que no todos tienen el derecho de entenderte. Es que todo es tan superficial que entre la delgada línea del ser y el no ser, debes no ser una mala sin  necesariamente ser una buena. ¿Lógico o controversial? Cualquiera que fuese solo puedo acotar una cosa: no se debe juzgar a nadie.

domingo, 11 de agosto de 2013

Precaria huella

Lo conocí en tiempos precarios, 
cuando nadie aún había impactado un par de ojos
con otro par de ojos de mayor efecto visual,
inclusive mayor a los efectos especiales, 
o las luces desprendidas del cielo directamente de los fuegos artificiales. 

Lo conocí en tiempos precarios, 
cuando nadie aún  había impactado una boca
con otra boca aún más sabia en movimientos,
en acercamientos principales y roces secundarios,
en técnicas ilícitas para dejar un beso y una locura en éxtasis. 

Lo conocí en tiempos precarios, 
cuando nadie aún le había enseñado a decir te amo.

lunes, 22 de julio de 2013

Y si callo

A veces desearía... besar una boca sin problema. Sin problemas....
pero solo me enredo en las ramas de un quizá

sobre un árbol cultivado con promesas pasajeras
sobre la tierra paranóica del enigma y un jamás.

A veces desearía... mirar unos ojos sin problema. Sin problemas...
pero solo me venzo por el fruto prohibido del azar
si pudiera borrar el jamás y escribir un quisiera
si pudiera tan solo desear una vez más.
(...)

K.B.

El silencio se volvió traicionero cuando se buscó cualquier oportunidad para romperlo. Llega un momento en tu vida que te das cuenta que no basta con expresar los dilemas atados desde el fondo de tu ser, que a veces las palabras deben ser ocultas en un mensaje entre líneas tan solo para no desencajar con lo metódica que llega - tan solo a veces - a ser la vida. Y es que quedan veces que tan solo debes ser esclava de tus palabras, mas no de tus pensamientos y es el paso clave para determinar qué realmente sientes. A veces desearía no haberme alejado tanto tiempo de lo tangible, no haberme ofuscado en mi propia trampa, mucho menos no haberme acercado cuando necesité ayuda. Siempre quise resolver las cosas a mi manera, seguir atrapada en las líneas verticales de mis hojas de cuaderno y nunca salir de ahí. Es ahora donde me doy cuenta que atrapé por mucho tiempo mi silencio, que no le deje puerta abierta para que se libere, sin embargo, intenté que encuentre la puerta de escape cuando en realidad necesitaba la puerta de la verdad. Hoy entiendo que muchas veces la última palabra es la más dañina, pero no la más importante y no se debe juzgar ningún acto realizado a medias. Yo en silencio actúo por un tiempo, observo callo y no saco mis propias conclusiones... sino me vuelvo una observadora más, siento que por fin dejé de encajar, que simplemente nunca fui un complemento necesario.Realmente no sé cómo deba sentirme, sin embargo solo trato que mi silencio pueda más que mis impulsos... pero nunca más que yo.

lunes, 17 de junio de 2013

Vuelo de partida




Aunque sientas que te extravias en tu ser
y solo sientas un sabor áspero en tu risa
cuando sientas que vas a caer
no te olvides que existe el suelo: aterriza

Y sientes que no encajas con los demás, que tu sonrisa perdió la forma simétrica de una parábola positiva, que los amigos estorban y los consejos se vuelven reciclables. Que ya no importan las explicaciones ni mucho menos las disculpas, que te arrepientes de no haberlo alejado de tu vida mucho antes, que realmente los sentimientos de amor nunca estuvieron y que de cierta manera todo este tiempo fue en vano. Que no eres la heroína de su vida ni mucho menos su vida. Que simplemente fuiste parte de un capricho mimoso, de una obsesión tormentosa y que todo este tiempo pensaste curar a tu víctima cuando la verdadera lastimada fuiste tú. Entonces, te lamentas haber sido tan ingenua, tan crédula. Gilligan habla sobre la ética en géneros antagónicos y es que por un lado las mujeres tenemos un sentido de justicia reducido, somos más empáticas mientras para los hombres predomina lo que es justo o no para ellos. A todo esto, solo concluyo que finalmente fui juguete de alguien que se sentía superior, por su pseudopoder, entre mentiras como: cambiaré, me equivoqué, yo te saqué de tu hoyo, yo te saqué de tu mundo cuadrangular y deberías ser consciente. Por otro lado, mis sentimientos idiotas de protegerte contra el mal, de sacarte de tus problemas familiares y darte una mano amiga se mezclaron con tus egoísta y baldías intenciones hasta que la historia - tu cuento- por fin se acabó. Entonces... luego te preguntas ¿cómo sanar la hinchazón de tus ojos luego de llorar por toda una noche? Y te das cuenta que de nada sirve aparentar que todo está bien, que no has llorado, que no te sientes impotente porque de qué sirve tratar de bajar la hinchazón de tus ojos si tu alma está herida. Esta vez no fueron las secuelas del amor. Son las secuelas de la realidad que te hicieron ver que debes dejar de ser tan empática, altruista, tan condescendiente con un ser de corazón pobre, manejado por sus convicciones, por sus prioridades. Que sencillamente no vale la pena recibir gritos donde no hay ni siquiera el derecho a reclamo. Por fin me di cuenta que el mundo es tan grande que es imposible que no alcance la gente con sentimientos impulsivos, aquellos que convierten lo que sienten en agresiones directas al corazón. Mientras siga este miedo hacia ti, hacia ese monstruo que alguna vez dijo ser mi fraternal aliado seguiré lamentando tu presencia. Pero, cuando salga de esta sé que habré logrado aterrizar una vez más. 

jueves, 30 de mayo de 2013

Busca un espacio en el vacío

No me agradan las frases a medio tiempo, los momentos inoportunos, mucho menos los laberintos cognitivos. Tampoco las señales subliminales. Peor aún los límites ligeramente sobrepasados.Es difícil buscar una razón a todo, mucho más basarse en el relativismo como fin último y supremo. Llega un momento en donde tienes representado mentalmente el problema y no sabes como ubicarlo, no sabes en que espacio acomodarlo porque de pronto, el problema se fragmentó en pedazos más pequeños, en confesiones y confusiones, en lamentos y superaciones, y de pronto la disonancia llega al tope máximo y te preguntas ¿en qué momento dejaron de tener relación sus acciones con sus palabras? Sabes que hace mucho dejaste de tener una aferración, que ya no afloran los sentimientos, que el brillo de sus ojos se apagó de manera abrupta. Y de pronto te preguntas: ¿en qué momento perdí la admiración hacia él? y empiezas la lista, nuevamente representada mentalmente, con escenas reales que las tienes presentes como si fuera ayer. Sin embargo, esta vez ya no tienes un temblor en tu cuerpo, mucho menos sientes el rencor de antes. Es aquí donde nuevamente te preguntas ¿será que nunca lo quise? y la lista representada mentalmente vuelve a aparecer, esta vez mezclando las escenas anteriores (rupturas) con las escenas de humillación (soluciones) en donde tu ego se vio manchado, aplastado y finalmente deteriorado. Entonces, te vuelves a preguntar ¿y ahora debo soportarlo? y entiendes que ya no tienes porqué escucharlo, ni mucho menos creerle. No tienes porque hacer que cada cosa que haga tenga un sentido lógico, debes dejar de ser pragmática, debes entender que nunca tuvo lógica sus acciones de sus palabras. Debes entender que él espera crear un espacio  bélico de rupturas para luego buscar soluciones ¿esta vez será a través de la humillación? No. Deja de buscar un espacio en el vacío.

viernes, 15 de marzo de 2013

Little things became big happiness

Listening ¿Quién pudo ser tan ciego para cambiar el sol de las mañanas por la llama de un fuego cualquiera? (...)

A veces la felicidad consiste, por ejemplo,
en abrir los ojos y darte cuenta que el sol te espera porque tienes un día más de vida; en caminar por la vida creyendo que estás en un videoclip solo porque está sonando tu canción favorita, en ver la sonrisa de un extraño que a lo lejos aparenta derrochar alegría, en soñar despierto e imaginar un momento concreto; en saber que los recuerdos del pasado siguen estando sujetos a tu corazón, pero jamás a tu futuro porque si se quedaron atrás, fue porque habrán nuevos momentos que reconstruirán tu camino, en darte cuenta que aún puedes sentir amor al recibir un pequeño detalle en un momento inesperado, en tener miedo a salir lastimado y aún así tener un porcentaje mínimo de fe en que encontrarás al amor de tu vida, en los primeros pasos de un niño pequeño que tropieza constantemente, pero logra poder caminar y ver su inocencia, su astucia y sobretodo su despreocupación de saber que le depara la vida; en los ojos puros de una madre que te espera con el almuerzo en la mesa, en el consejo de una amiga en tus momentos de declive, en los suspiros luego de ver fotografías de antaño, cartas, poemas y pequeñas piezas que alguna vez te hicieron inmensamente contenta, en alzar una copa y decir salud porque has logrado sobrevivir a un mundo complicado; en encontrarte atrapado entre el quiero y no puedo y lograr crear una nueva salida, en besar sin prerrogativas al que te quita el aliento, en abrazar hasta sentir que sus corazones laten al mismo tiempo, en escribir secretamente para que muchas personas puedan identificar distintos momentos de su vida.. A veces, la felicidad consiste, por ejemplo, en disfrutar las pequeñas cosas

Woman in the mirror


Me gustan las ojeras de tus ojos (de no dormir por estar aprendiendo)
Me gusta tu cabello sin arreglar (porque tienes mejores cosas que hacer)
Me gusta que te quejes (porque se nota que piensas por ti misma)
Me gusta que te vistas como quieras (porque sabes que tienes el derecho de hacerlo)
Me gusta que luches por lo que consideres correcto (no eres domesticada)
Es que por todo eso que... Me encantas

Jonathan C.

domingo, 10 de marzo de 2013

Rimas de improviso I

Te cuento una historia al oído mientras estás sentado en el sofá mirando al piso, arrepentido, crees que te criticaré por tus pasos al vacío, pero no me importan tus retrocesos si de eso tú has aprendido. Sin embargo, sigues siendo el mismo con una mano en mi cintura y la otra suelta, por si las dudas, por si decido abandonarte, por si me arrepiento y me largo a otra parte. Y es que no harás nada si no me sostienen tus brazos a manera de abrigo, si no me dejas ir creeme que hay mejores caminos, creeme que sigue siendo un desatino pensar que podemos construir puentes que atraviesen los percances, ¿tú crees que mereces otro chance? pero, dejemos los dilemas, las incógnitas y teoremas de que la distancia no crea un olvido, sino un regreso conspirado por el cruento y mismo destino, dejemos de pensar que estamos sentados en el mismo sofá que hace unos años nos enseñó otra manera de amar... dejame que te cuente...

Pero, primero convenceme 

viernes, 8 de marzo de 2013

Sobredosis de cafeína: I. Tú también tienes alzheimer


Dedicado a mi clase de Taller de Narrativa. Condición: escribir un cuento que empiece con "desperté una mañana con la conciencia de estar malogrando mi vida"

Tú también tienes Alzheimer

Desperté una mañana con la conciencia de estar malogrando mi vida. Entre sábanas revueltas y una ligera agitación que provenía del corazón, soñé con mi madre. Por unos segundos, minutos, horas, cualquier tiempo nunca fue suficiente para sentir una pena, una pena tan grande al recordar a mi madre y a mi infancia. Porque jamás podré recordarla en otra etapa que no sea mi infancia…

-         Dulzura, apúrate ya es tarde y tienes que ir al colegio – me dijo sin saber realmente la hora
-         Mamá, la que se tiene que apurar eres tú. Hace media hora estás preparando mi lonchera y aún no acabas
-         Dulzura, paciencia. En un dos por tres ya tendrás tu lonchera lista

Y esos dos por tres se convertían en cinco por seis, de pronto en nueve por diez. Mamá no podía hacer las cosas rápidamente y eso me frustraba. Lentamente buscaba galletas en la dispensa, cogía una manzana de la canasta, sacaba un jugo de cajita de la refrigeradora y extrañamente colocaba la manzana en la refrigeradora.  Aquel primer sueño me proyectó a ese preciso momento en mi antigua casa, con mi uniforme escolar no planchado porque mi madre se olvidaba, mis zapatos no lustrados porque mi madre se olvidaba y mi ceño fruncido porque mi madre me olvidaba...

-         Esteb, ya está tu loncherita
-         Mamá, soy Gustav
-         Perdón, dulzura.  Entonces, revisa tu loncherita. Creo que coloqué juguito de durazno y ese era el preferido de Esteb – dijo mi madre en medio de una risa nerviosa.

El claxón de la señora Celia era la señal para que ya saliera de casa y realmente era el momento más esperado. Ya no soportaba a mi madre, no podía soportar que sea tan despistada, mucho menos que me confunda con mi hermano Esteb.

-         Adiós dulzura, te quiero

Luego me dio un beso en la frente y me fui sin decirle nada. Esperaba mucho más de ella, pero ahora que lo pienso ¿cuántas cosas habrá esperado ella de mi? ¿las seguirá esperando?
En acción de segundos, ya estaba en el colegio y sonó el timbre del recreo. Empezó la hora preferida de los niños de primaria y todos corrían en búsqueda de sus loncheras. Era el momento preciso para comer toda nuestra comida ya que el segundo recreo estaba destinado para correr, jugar a las escondidas y saltar soga. Cuando abrí mi lonchera, encontré un jugo de durazno, una galleta, pero no estaba mi manzana ni mi inhalador. Molesto porque no me gustaba el jugo de durazno y la profesora no nos dejaba comer sin antes comprobar que haya al menos una fruta, tiré mi lonchera. La escena siguiente fue inmediata, ya estaba echado en la camilla de la clínica porque me había dado un fuerte ataque de asma. Abrí los ojos y estaba mi madre, con la mirada despistada, con un poco de champú en el cabello y acariciándome el rostro.

-         Perdóname, me olvidé tu inhalador, dulzura. Pero, mira. Para que nunca más me olvide, te hice un collar y tendrás colgado tu inhalador en todo momento
-         Déjame en paz – fue la última palabra que pronuncié

Desperté del aparatoso sueño aun recordándola. Aún pude sentir sus dedos rozar mi piel, con una mezcla de sentimientos, de cariño y de lamentos. Quería que mi madre me arrulle de mi pesadilla como antes lo hacía, que vaya a mi cuarto y me diga: tranquilo, dulzura. Quería seguir soñando para decirle: mamá, te perdono pero antes perdóname tú a mí porque nunca te pude entender. Cuánto hubiese querido no sentirme tan mal cada vez que mi madre me llamaba dulzura, solo porque se olvidaba mi nombre y no quería confundirme con Esteb. Pero, era imposible porque desde hace cinco años ha estado aprisionada en un asilo con otras personas de su edad que están acabando su vida. Ese primer sueño tan solo fue el inicio de una serie de sueños  convertidos en recuerdos y noche tras noche despertaba con la misma agitación en el corazón y solo estaba el inhalador para calmarme, pero ya no ella.

Hasta que un día decidí ir a buscar a mi madre en el asilo donde la había dejado hace cinco años. Hace varios meses que no la visitaba, solo dejaba dinero a las enfermeras para que solventen sus gastos. En definitiva, esa fue mi obligación por cinco años, era un profesional y ganaba lo suficiente para satisfacer sus necesidades económicas, pero no para cuidarla como debí hacerlo. Mientras manejaba en mi carro camino al asilo, buscaba una excusa que me explique por qué la dejé hace años ¿realmente estaba enferma?, ¿realmente se iba a morir?, ¿realmente no pude cuidarla? Quería acabar con mis sueños de infancia que, por la misma culpa que invadía mi conciencia, se convertían en pesadillas siniestras. Llegué al asilo y todos me recibieron sorprendidos, ya que hace muchos meses atrás no la iba a visitar, pero realmente yo me quedé sorprendido cuando vi a mi madre.

         Buenos días, señor Esteban ¿pasa algo? – me dijo la enfermera preocupada por mi expresión de asombro
-         Jen  ¿algo le pasa a mi madre?
-         Tu madre está bien aparentemente  ¿qué te sorprende?  Una persona, más que los años, se envejece por la soledad y la tristeza

Mi madre no era la misma de hace unos meses. Tenía la misma mirada perdida, su cabello ya no estaba con un poco de champú, pero estaba totalmente blanco. Como si cada cabello blanco fuera  cada hora que no estuve con ella. Su rostro estaba arrugado, con su joroba se veía más débil, más vieja.  Me acerqué a ella nervioso y le di un beso en la frente, como los tantos que me daba luego de irme al colegio. Me miró asustada y le dijo a la enferma

-         Jen ¿por qué este hombre tan guapo me besa?

Nuevamente sentí esa agitación en el corazón, confundido entre un sentimiento de melancolía y un ligero ataque de asma. Las preguntas seguían revolviendo mi cabeza  ¿Qué hacía ella ahí?  ¿por qué la abandoné? ¿por qué nunca la supe comprender? Me fui sin decir nada, no quería besarla nuevamente, al igual que en mi infancia cuando no me despedía de ella porque me confundía con Esteb. Pero, esta vez era distinto porque algo más que la melancolía y el asma impedían que pudiera estar con ella: la culpa. Esa misma noche, volví a soñarla. Fue un sueño hermoso, enternecedor, como una canción de cuna que te arrulla el sueño. Soñé a mi madre llevándonos a Gustav y a mi al parque, nos compraba algodón de azúcar y jugaba con nosotros en los columpios, en los sube y bajas y en los toboganes. Era una madre convirtiéndose en una niña, era nuestra cómplice, era nuestra amiga. Las siguiente noches, los sueños me remontaban a nuestros juegos de infancia con mi madre y con Gustav, cuando jugábamos a los carritos, a la lucha libre y con los muñecos. Ahora que lo pienso, ella no solo fue nuestra amiga, madre y cómplice. Sin ser esa su función, también fue nuestro padre. Pasaron los días y más eran mis ganas de volverla a ver, hacerle recordar nuestros juegos de infancia, decirle que ya tengo veinticinco años, que ella ya no tenía porqué estar pendiente de mi inhalador porque ahora lo pongo en el bolsillo de mi saco. Sin embargo, la culpa era cada vez más latente, cada vez más absorbente y me impedía volver a verla. Y lo sueños seguían recurrentes...

-         ¿Mamá? ¿por qué huele a quemado?

De pronto, la cocina estaba propagando una llama incandescente y mi madre estaba encerrada en el baño, llorando, asustada. Abrí la puerta del baño y estaba escondida en la ducha. Me quedó mirando y me quiso abrazar, pero yo molesto la encerré. Estaba harto de que siempre pasen estos accidentes, que deje el caño abierto, que se olvidé de cerrar bien las puertas, de que olvide su llave. Llamé de inmediato a la ambulancia y desde el balcón divisé la cocina negra y muchos aparatos quemados.

-         Dulzura, perdóname. Olvidé de apagar la candela. Estaba a punto de hacerlo, pero ya todo estaba en llamas y tuve mucho miedo
-         Estoy harto de ti, estoy cansado de que te olvides las cosas. Tú estas enferma, eres una enferma y yo no te puedo cambiar

Llamé a la casa hogar y se la llevaron. Empaqué sus cosas para constatar que no se olvidará nada, y antes de irse me dijo entre sollozos
-         Perdóname por todo, hijo mio. No quiero ser una enferma no quiero ¿Me prometes que cuando me cure me llevarás de paseo en tu auto nuevo?

Desperté del sueño recordando el rostro de mi madre y su promesa aún no cumplida. Estaba triste de irse, yo no le contesté a su pregunta, yo solo quería que se vaya de una vez. Una mañana calurosa de julio fue la que me motivó para ir a verla. O de repente fueron las ganas de darle un abrazo y escuchar un buenos días, dulzura. Cuando llegué al asilo, observé que todos los ancianos estaban reunidos en la sala. Toda la sala estaba adornada con globos, serpentinas y pica pica por el suelo. También vi una torta selva negra y en la galleta estaba escrito: feliz día, Sara. Me fui rápidamente del lugar, con el ceño fruncido y golpeando mi carro. Antes que me de un ataque de asma, saqué mi inhalador del bolsillo y estuve pensando cómo pude ser tan idiota para olvidar el cumpleaños de mi madre. Sin dudarlo esta vez, el Alzheimer lo tuve yo y no ella. Fui a comprar un ramo de rosas rojas y llegué al asilo nuevamente. La vi desde la ventana, ella estaba bailando con sus amigos, se movía de un lado para el otro, cual jovencita coqueta, como si bailando podrá olvidar todas sus penas. Aquellas penas cuando estuvo sola por mucho tiempo, cuando mi padre la abandonó cuando estaba embarazada de mi hermano menor Esteb. Por eso él era tan dependiente de mi madre, porque el amor de padre nunca nadie se lo enseñó.  Ahí estaba mi madre, divertida, distraída, olvidadiza, con una enfermedad que la torturó poco a poco.  Y aunque a veces se olvidaba mi nombre,  nunca se olvidó del abandono de su esposo, del terrible accidente de tránsito que sufrió Esteb cuando cruzó la pista una tarde de invierno, de mis ataques de asma de pequeño porque se olvidaba de darme el inhalador. De pronto, miró hacia la ventana y me vio. A pasos cortos y emocionados, se acercó hasta la puerta

-         Joven guapo, ¿estas rosas son para mi? – dijo con osadía y una risa nerviosa
-         Sí, dulzura. Estas rosas rojas con para ti. Feliz día, madre – dije entre lágrimas
-         No, joven guapo. ¿Por qué lloras? Sé que estás acá porque tú también sufres de Alzheimer y crees que yo soy tu madre. Pero, no joven guapo, no llores. Podría ser tu madre, si tú quieres, pero no llores.

Le acaricié el rostro con mis dedos y en cada parte de sus mejillas estaba escrito invisiblemente un te amo, un te extraño, un perdóname, mamá. Aunque ella no lo entendía, me abrazó fuertemente y recibí el abrazo más sincero después de tantos años. Todos los presentes aplaudían este suceso, me olvidé de la culpa, me olvidé de las pesadillas y de los lamentos. Esta vez, estaba con mi madre, no entre sueños, sino en la realidad. Y solo lo pude lograr alejando la culpa, reivindicando los errores y despertarme por fin de la nefasta pesadilla de que el Alzheimer la podía matar. Fui a rescatarla, a rescatarme de los errores. A pesar de que ella ya no se acordaba de mí porque el Alzheimer desarrolló su fase más avanzada, yo aún no podía olvidarla.

-         Esteb, tengo un regalo de parte de tu madre – me dijo Jen

Eran tres cajas de zapatos y dentro de ellas habían muchos collares colgados de inhaladores. Lloré desconsoladamente, recordé que por mucho tiempo, durante mi infancia, mi madre me hacía collares con cola de ratón y colgaba un inhalador. Luego, cuando se me acababa colocaba otro y ese fue el recuerdo de mi infancia más tierno y saludable que tuve y ella lo hizo para que no se vuelva a olvidar. Estuve a punto de entrar en una crisis de nervios y cuando quise usar mi inhalador, ya se había acabado. Mi madre me colocó un collar y me puso el inhalador en la boca.

-         Tú también sufres asma crónica, como lo sufría mi hijito. Yo aún lo quiero buscar, pero no puedo y espero que me encuentre. O de repente nos encontramos los dos con mi otro hijo en el cielo. Por eso yo no pierdo las esperanzas. Pero, joven guapo ya no llores más. Ya te dije puedo ser tu madre de mentiritas.
-         Vamos, madre. Vamos a darte un paseo en mi auto para que encuentres a tu hijo. Él te prometió que cuando te sanes, te llevará de paseo. Pero realmente, el enfermo es él. Y adivina qué… ya se curó.

FIN

Hiden action for pretending


Me pregunto que sucede en el preciso momento cuando dos personas deciden terminar un beso. ¿tan solo un encuentro apasionado? ¿un recuerdo aún guardado? ¿o parte de un juego planificado? Dimelo tú, con otro beso. Me pregunto qué sucede en el preciso momento cuando dos personas deciden mirarse fijamente sin mencionar palabra alguna. ¿Acaso pretenden que los ojos expresen más que las palabras?, ¿quieren reflejar su propia alma?, ¿o los ojos son espejos que en realidad reflejan el alma del otro? Dimelo tú, con tu mirada. Me pregunto qué sucede en el preciso momento cuando dos personas se agarran la mano fuertemente ¿Quieren entrelazar sus vidas?, ¿demuestran que el camino puede ser más sencillo si están juntos? ¿o en realidad solo es signo de debilidad? Dimelo tú, sin soltar aún mi mano. Me pregunto qué sucede en el preciso momento cuando dos personas no saben en realidad que se esconde detrás del silencio de sus actos. You know, aren't you?

jueves, 28 de febrero de 2013

Tell me the truth

Cuando los movimientos son precisos y los pasos exactos, sientes que el camino no puede ser tan perfecto ni mucho menos real, entonces te preguntas ¿en qué momento tropiezo, en que momento esto llega a su final? Y es que estar acostumbrada a tantos tropiezos, golpes, caídas y resbalones solo me hacen desconfiar, desviar la mente hacia un punto inexacto, impreciso, hacia un cosmos multifórmico en donde en cada forma estás presente tú de todas y de ninguna manera, de muchas y pocas formas. ¿Por qué te escondo en mi pensamiento? ¿Por qué trato de ocultarte entre estas líneas? Solo basta que estés presente para que hagas resaltar tu presencia, con insinuaciones, engaños, planes no planeados y corazonadas jamás previstas. Me invitas, subimos y luego el ambiente conspira para que lleguemos a beber del agua prohibida, del caudal de alguna vez se inició en nuestros ojos porque fueron lágrimas que salieron del corazón. Y esta vez el agua rebalsó nuestro cuerpo, quisimos saciar la sed y solo me quedó probar tu tibia anatomía, sentir el temblor de tus labios como si fuera mi última opción, la única opción, la opción la cual no podré rechazar. Entre pensamientos confusos, contradicciones, recuerdos me pierdo en tu mente y la avalancha de recuerdos congela el agua esclarecida y todo me transporta a un cielo oscuro, sin estrellas, pero con el brillo de tus ojos sobres los míos y se abre el libro de experiencias vividas contigo, la recopilación parece aún no tener su final, aún le encontramos sentido a nuestros actos. Un par de preguntas, unas ansiosas respuestas, agregandole tu risa nerviosa y ese último refugio entre mis brazos ya las dudas son respondidas y nos retiramos -perdiendo o ganando la batalla-. ¿por qué tuviste que salir de mi pensamiento? 

Blanca Varela - Recopilación



En algún momento tuve en la mente que, cuando vuelva a escribir, iba a escribir algunos versos de Blanca Varela. Porque inconscientemente aquel libro fue mi aliado y el único que tanto añoré tener en brazos


"No importa la hora ni el día 
se cierran los ojos 
se dan tres golpes con el 
pie en el suelo, 
se abren los ojos 
y todo sigue exactamente igual".

"Todas las riquezas, todas las miserias, todos los hombres,
todas las cosas desaparecen en esa melodía ardiente.
Tú estás solo, al otro lado.
No te quieren dejar entrar".


"Digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora".


"Querido mío
adoro todo lo que no es mío
tú por ejemplo
con esas alas de cera que te regalé
y que jamás te atreviste a usar
no sabes cómo me arrepiento de mis virtudes
ya no sé qué hacer con mi colección de ganzúas
y mentiras
ahora ya es tarde
porque el recuerdo como las canciones
la peor la que quieras la única
no resiste otra página en blanco
y no tiene sentido que yo esté aquí
destruyendo
lo que no existe"


"Suficientes razones, 
suficientes razones para colocar primero un pie 
y luego el otro.
Bajo ellos, 
no más grande que ellos ni más pequeña,
la inevitable sombra que se adelanta y voltea la esquina, 
a tientas.

"He dejado la puerta entreabierta
soy un animal que no se resigna
a morir la eternidad".

"Y la caída de los astros me probará
la existencia de otros caminos
y que cada movimiento engendra dos criaturas,
una abatida y otra triunfante,
y en cada mirada morirá la apariencia y desnudo
y bello te arrojará la fábrica entre nosotros!.



"Éramos una sola criatura,
perfecta, ilimitada,
sin extremos para que el amor pudiera asirse.
Sin nidos y sin tierra para el mando".

"Puedes contarme cualquier cosa
creer no es importante
lo que importa es que al aire mueva tus labios
o que tus labios muevan el aire
que fabules tu historia tu cuerpo
a toda hora sin tregua
como una llama que a nada se parece
sino a una llama"

"Porque ya no eres un ángel sino un hombre solo sobre dos
pies cansados sobre esta tierra que gira y es terriblemente
joven todas las mañanas".

"Aquí me tienes como siempre
dispuesta a la sorpresa de tus pasos
a todas las primaveras que inventas
y destruyes
a tenderme nada infinita sobre el mundo
a lo que quieras por una mirada tuya
que ilumine mis restos
porque así es este amor
que nada comprende y nada puede
bebes el filtro y te duermes

y allí te encuentras
sola y perdida en tu alma
sin más obstáculo que tu cuerpo
sin más puerta que tu cuerpo
así este amor uno solo y el mismo
con tantos nombres
que a ninguno responde y tú mirándome
como si no me conocieras
marchándote
como se va la luz del mundo
sin promesas".


The pleasure is mine



Loosing my religion - REM

[Vuelvo luego de un tiempo con cosas que dan vuelta en mi cabeza. Contigo desde hace a penas unos días. Y esta es una de las canciones que aún no se despega de mi]

Oh life is bigger, It's bigger than you, And you are not me, The lengths that I will go to, The distance in your eyes , Oh no I've said too much, I set it up. That's me in the corner,That's me in the spotlight,Losing my religion ,Trying to keep up with you ,And I don't know if I can do it, Oh no I've said too much, I haven't said enough,I thought that I heard you laughing, I thought that I heard you sing, I think I thought I saw you try, Every whisper, Of every waking hour, I'm Choosing my confessions, Trying to keep an eye on you, Like a hurt lost and blinded fool,fool, Oh no I've said too much, I set it up, Consider this ,Consider this ,The hint of the century ,Consider this ,The slip that brought me ,To my knees failed, What if all these fantasies, Come flailing around, Now I've said too much  ,I thought that I heard you laughing ,I thought that I heard you sing ,I think I thought I saw you try.

But that was just a dream 
That was just a dream 

lunes, 4 de febrero de 2013

The pyramid has fallen

Un frio interno cala mi cuerpo de manera inmediata, y es que dirigir tu mirada al umbral de la puerta de tu habitación esta vez tiene un nuevo escenario. Ya no es él dirigiendose a mi, ya no es él dandome un beso en la frente. Ya no es él echandose a mi lado a decirme cómo me ha ido en el día. Soy yo, con un frío interno, y es él, con una maleta en la mano. ¿En qué momento nos prepararon para las despedidas? ¿En que momento tuve que verte partir? Mil preguntan bloquean mi mente, mis pensamientos y solo pienso en ella cuando caiga la noche, en ella en su habitación durmiendo sola esperandote, esta vez no estás trabajando, esta vez no estás esperando que llegue la mañana para regresar a tu hogar y poder tomar el desayuno en la mesa. Y quizá nunca me prepararon para un momento similar, quizá las escuelas solo se limitan a explicarnos que la familia es el núcleo de la sociedad y la base de una pirámide formativa-educacional, pero ¿acaso no me iban a explicar qué sucede cuando la base de la pirámide dejo de ser una unidad? ¿Cuando en la cúspide se sobrellenan los problemas y el peso puede más que la gravedad? Y aún me quedan más preguntas por resolver... ¿la pirámide se cayó? Peor aún: Papá ¿volverás para el desayuno?

domingo, 20 de enero de 2013

Flower, mistery and distance



"No supe nada entonces. Debí haberla juzgado por sus actos, no por sus palabras. Me perfumaba y me iluminaba. ¡No debí haber huído jamás! Debí haber adivinado su ternura, detrás de sus pobres astucias. Las flores son tan contradictorias. Pero ya era demasiado joven para saber amarla".
Le petit prince_Antoine de Sant-Exupery

El amor se viste de luto sin un muerto de por medio, solo para que mueran

Cómo es la mente humana, que se le hace imposible procesar una pérdida. Y es que, tiene la necesidad de manifestarse en la distancia, de no querer codificar lo que ya está escrito, de refugiarse, de victimizarse a cada segundo... Es difícil superar una relación cuando te encuentras con la sorpresa de un mensaje, de una llamada, o una mención melancólica. ¿Y es tan difícil aceptar que todo está perdido? ¿y es tan difícil darse cuenta que cuando no hay marcha atrás sale a relucir una mínima esperanza? Pero hay que ser fuertes. Fuertes para aprender a decirle no al pasado, para aprender a no caer en las trampas, de no sentir pena por el otro, de procesar cada palabra no como un auxilio, sino como un testamento baldío, que ya perdió el sentido y valor de antes. De que es imposible ser enfermedad y medicina a la vez. Solo ten en cuenta que el tiempo se encarga de darte la razón, o solo hacerte recordar que aún él se lamenta...