lunes, 4 de julio de 2011

Bajo el mismo cielo, mirando el mismo horizonte.
















Estamos solos frente al mar apuntando hacia la misma dirección. Tus dedos no volverán a jugar con las ondas indefinidas de mi cabello, el viento se encargará de despeinarme, de alocarme levemente. Ya no me perderé más en la profundidad de tu mirada, no va ser necesario callarme, no va ser necesario guardarme el dolor que quema mi cuerpo y ya no te vas a percatar como antes, con tan solo mirarme a los ojos, todo lo que he escondido en mi alma, lo que jamás te he dicho para no preocuparte con mis desilusiones, con mis temores. No volveré a fingir más, no te volveré a mirar a los ojos con una sonrisa, mientras miro hacia el suelo dejando que mis pestañas escondan en mis ojos la tristeza que mi alma refleja. No volverás a descifrar mi silencio. Tan solo estaremos sentados frente al mar, mirando el vaivén de las olas, mirando como se mueven sin un rumbo fijo, sin un horizonte. Como nosotros. Que rompemos en llanto cada vez que recordamos nuestro pasado, que nos abrazamos una y otra vez sabiendo que jamás volveremos a empezar aquella historia que nos hacía afines, que nos unía a dos cuerpos, a una sola alma. Tan solo miraremos las olas, como rompen en la orilla de la playa y vuelven a retroceder. Nuestro amor está consumado, cada vez que retrocedemos, volvemos a empezar. Y nos volvemos a destruir. Ya no tendrás mis manos en tu rostro, mi cuerpo no buscará el tuyo, ya no me besarás lentamente, con tanta pasión. Ya no estaremos en una noche infinita sentados en la playa, sin despegarnos, buscando la luz de nuestras miradas en la oscuridad, oyendo el sonido de las olas. Ya no estarás conmigo, tú estarás en otra playa acompañado de una eterna soledad. Y yo por otro lado sabiendo que perdí más de lo que pude encontrar. Estaremos en diferentes lugares, pero al fin y al cabo miraremos el mismo mar, la misma dirección. Basta echarse sobre las piedras y darnos cuenta que respiramos el mismo aire, miramos el mismo cielo y sobra motivos para pensar que seguimos juntos. Y vacíos.

1 comentario: