domingo, 12 de diciembre de 2010

Si es para mi, bienvenido sea.

Una vez más me enfrento a los sinsabores de la vida, aquellos que nos hacen fuertes e indestructibles, aquellos que me dibujaron un mundo distinto el cual volaba sobre fantasía, sin necesidad de tener cielo, sin necesidad de tener alas, iba volando, buscando un para siempre porque la felicidad pensé haberla encontrado. Pero lo único que pude descubrir al final de este corto e incierto camino, es que me falta demasiado por vivir, demasiado por pensar y demasiado por soñar. Que la vida no se trata de buscar algo grande, se trata de gozar de las pequeñas y simples cosas de la vida, que las pequeñas alegrías se gozan cuando no vas en busca de más, solo vas en busca de lo mejor para ti. Y si esto lo mejor para mi, bienvenido sea porque la vida no me enseñó cómo solucionar problemas, mirar la vida de otra perpectiva, de sonreír para no llorar, de preocuparme por gente que no me demostró ser irreal, pero para mí sigue siendo valioso. La vida solo me cargó de problemas y me sobrecargó de alegrías. Me hizo fuerte a los dieciseis, fuerte para poder vivir plena esta etapa ... pero aún me falta mucho por recorrer. Demasiado. No hay dolor que me retenga, no hay angustia que me frustre ... no hay reloj que me esclavize. Y si esto estaba especialmente preparado para mi, bienvenido sea.

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