martes, 16 de agosto de 2011

Lejos o cerca, la ida se siente

- Ayer vi tu blog, no me contaste que tenías uno.
- Sí, bueno no lo uso siempre..
- Me gustó mucho. No te miento, me saco muchas sonrisas tus historias reales son interesantes
- Gracias
- ¿Solo gracias? ¿No refutarás que no son historias "reales" e inventas todo lo que escribes para que no te pregunte si sucede algo?
- Pues, no. Es tal y como lo ves.
- ¿Te puedo preguntar algo?
- Sí
- Bueno, son dos preguntas...
- Bueno
- ¿Alguien te ha dicho que eres rara, pero especial?
- Sí...
- ¿Que pasaría si te quede un día de vida?
- ¿Qué?
- ¿Que pasaría si te quede un día de vida?
- ¿Si muero mañana?
- Sí
- Quizá pasaría mis últimos con las personas que más quiero.
- ¿Y crees que ellas querrán pasarla contigo?
- ¿Por qué no? Es mi último día
- Sí, claro... las que están cerca tuyo
- ¿A qué te refieres?
- Que lógicamente las que no estén cerca tuyo, no pásaran tus últimos minutos contigo.
- Solo estaré con las que quieres estar cerca
- O las que no están lejos
- Basta...
- Y ¿quienes creen que vayan a tu funeral?
- Sobrepasas el número de preguntas ¿puedo tomar mi carro?
- Responde
- Los que están cerca
- ¿En el funeral de tu abuelo llegó algún hijo que estuvo lejos?
- Sí
- ¿Entonces por qué crees que no estarán personas que están lejos en tu funeral?
- Esta bien. ¡Entonces sí!
- Y a todo esto... ¿tú crees que vaya aquel que se alejó?
- No sé, no sé.
- ¿Vas a esperar que llega el funeral para que esté cerca?
Y yo solo agaché la cabeza. Tomé el carro. No era el que me llevaba a mi destino. Pero no quise pensar en mi destino...

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