domingo, 14 de agosto de 2011

La que era yo, ya no será más.

"Yo no me voy de tu lado, yo no me voy lejos de ti. Dondequiera que vayas, me vas a encontrar. En medio de la noche, en medio de la lluvia. En medio de la oscuridad. Pero, no te garantizo volver a encontrar lo mismo que esperas: la que era yo, ya no será".


Y si algo se va de tu vida... ¿cómo no sentir un vacío?
A veces es mejor equivocarse y fallar. Eso te hará sentir lo que estuvo mal, y una próxima oportunidad no se volverá a caer en lo mismo. Las tentaciones se vencen si se deja tentar. Sí, tienes que dejarte tentar. Solo así entenderás que no estuvo bien. Pero, de qué sirve hacer una pequeña y delgada línea imaginaria entre dos lados opuestos, si tú no eres el que dañas. Esta vez te tocó ser dañado. Y este difícil, maldito y dañino papel en esta historia te toco a ti. Sí, a ti... ¿por qué? ¿por qué a mi?

Yo también me lo pregunté. Y después de todo aprendí que no debes preguntarte el por qué. Es como preguntarte por qué comes, por qué respiras... te pasarás una vida intentando buscar una respuesta, y jamás la encontrarás. No te preguntes por qué. Solo respira hondo, y pregúntate: ¿para qué? ¿para qué te va servir? Para qué te sirve comer, para tener energía. Para qué te sirve respirar, para vivir. Para qué te tocó sufrir, para aprender. Para darte cuenta que tú no puedes ser menos que tus problemas: eres más grande de lo que crees. Asi como no se ha fabricado un candado sin llave, en la vida no tendrás problemas sin soluciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario