lunes, 18 de junio de 2012

Con cada hijo, nada cada padre


- Papi ¿cuanto ganas? - le dijo el niño a su padre, mirando sus ojos cansados
- No me molestes, hijo. ¿No me ves? No quiero hablar, estoy cansado
- Pero papi, dime por favor ¿cuanto ganas? - con un poco de miedo, pero mirándolo fijamente a los ojos insistió nuevamente
- 150 soles diarios - respondió irritado e intrigado del porque la pregunta
El niño se cogio de su terno y le dijo:
- Papi, ¿me das 150 soles?
- Ah, ¿asi que para eso me preguntabas, no? ¿Sabes que? no me molestes y vete a dormir, niño convenido.

El niño se fue a su habitación. El padre se fue a descansar, pero no tuvo la conciencia tranquila. Estuvo preguntándose para que su hijo que pidió ese dinero. Quizá le habían pedido en el colegio que compre algún libro, o quizá quería un juguete. Era consciente que no estaba al tanto de los asuntos del hogar pues el trabajo lo mantenía ocupado. A manera de averiguar que era, saco 150 soles de su billetera y se dirigió al cuarto de su pequeño.

- Hijo, ¿estas dormido?
el niño con los ojos medios cerrados, lo escucho y afirmo con la cabeza
- Aqui esta hijo, los 150 soles ¿Para que los querías?
el niño expreso una pequeña sonrisa y, medio dormido, saco de su almohada varios billetes arrugados.
- Es que quería completar ¿Me vendes un día de tu tiempo?

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