jueves, 28 de febrero de 2013

Tell me the truth

Cuando los movimientos son precisos y los pasos exactos, sientes que el camino no puede ser tan perfecto ni mucho menos real, entonces te preguntas ¿en qué momento tropiezo, en que momento esto llega a su final? Y es que estar acostumbrada a tantos tropiezos, golpes, caídas y resbalones solo me hacen desconfiar, desviar la mente hacia un punto inexacto, impreciso, hacia un cosmos multifórmico en donde en cada forma estás presente tú de todas y de ninguna manera, de muchas y pocas formas. ¿Por qué te escondo en mi pensamiento? ¿Por qué trato de ocultarte entre estas líneas? Solo basta que estés presente para que hagas resaltar tu presencia, con insinuaciones, engaños, planes no planeados y corazonadas jamás previstas. Me invitas, subimos y luego el ambiente conspira para que lleguemos a beber del agua prohibida, del caudal de alguna vez se inició en nuestros ojos porque fueron lágrimas que salieron del corazón. Y esta vez el agua rebalsó nuestro cuerpo, quisimos saciar la sed y solo me quedó probar tu tibia anatomía, sentir el temblor de tus labios como si fuera mi última opción, la única opción, la opción la cual no podré rechazar. Entre pensamientos confusos, contradicciones, recuerdos me pierdo en tu mente y la avalancha de recuerdos congela el agua esclarecida y todo me transporta a un cielo oscuro, sin estrellas, pero con el brillo de tus ojos sobres los míos y se abre el libro de experiencias vividas contigo, la recopilación parece aún no tener su final, aún le encontramos sentido a nuestros actos. Un par de preguntas, unas ansiosas respuestas, agregandole tu risa nerviosa y ese último refugio entre mis brazos ya las dudas son respondidas y nos retiramos -perdiendo o ganando la batalla-. ¿por qué tuviste que salir de mi pensamiento? 

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